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El alcalde de Morón de la Frontera, Juan Manuel RodrÃguez (PSOE), ha anulado la convocatoria de un Pleno extraordinario para debatir una cuestión de confianza vinculada a la aprobación de la modificación de crédito núm. 8 del presupuesto prorrogado de 2022 para el año 2024. La sesión plenaria estaba prevista que se celebrase el pasado jueves, 3 de octubre, y el primer edil decidió cancelarla para no hacer nuevamente el ridÃculo por falta de apoyos, como habÃa ocurrido dÃas antes en otra sesión extraordinaria.
En ese Pleno anterior, la oposición en bloque tumbó la intención del alcalde de subir los impuestos en la localidad. Partido Popular, AMA Morón e IU votaron en contra de las modificaciones de varias Ordenanzas Fiscales reguladora de impuestos, tasas o precios públicos del Ayuntamiento de Morón.
AsÃ, de haber seguido adelante con la cuestión de confianza que proponÃa el primer edil, se hubiera confirmado la debilidad del alcalde y de su equipo de gobierno, que en 13 años no han sido capaces de desarrollar un proyecto de ciudad con una gestión seria y responsable, con el objetivo de reducir la deuda del Ayuntamiento sin que afecte a los servicios que el consistorio presta a los vecinos.
En estos años el alcalde ha sido incapaz de presentar un solo presupuesto en tiempo y forma, ha actuado en modo despótico y durante las mayorÃas absolutas ha mostrado su nula capacidad para hablar con los grupos de la oposición, a los que ahora apela cuando se ve acorralado por los efectos de su mala gestión.
RodrÃguez no quiere reconocer que el problema es él mismo. Se está quedando solo. En la última legislatura se le han ido varios concejales de peso en su equipo de gobierno, y se le ha quedado un grupo débil, improvisado, y no el que Morón necesita para salir del agujero en el que nos han metido.
Con la insistencia de subir los impuestos a los vecinos sin presentar antes un plan de ajustes de gastos y de un recorte en el dinero que destina a actividades innecesarias, ha quedado demostrado que el alcalde prefiere meter la mano en el bolsillo de los vecinos antes que rebajar el gasto en despilfarro y derroche.