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Jaedilla-Ecologistas en Acción ha detallado en una nota que llevó a cabo en enero de 2020 una reforestación participativa donde se plantaron centenares de ejemplares de árboles y arbustos forestales, algunos de los cuales alcanzan ya una altura considerable como son los algarrobos. Sin embargo, año tras año, desde el Servicio Municipal de Parques y Jardines se sigue fumigando con herbicidas toda la zona sin que esta Asociación haya sido advertida.
Los ecologistas piensan que con toda probabilidad se está utilizando productos cuyo principio activo es el glifosato, un potente herbicida cuyos efectos nocivos está ampliamente demostrado por los numerosos estudios realizados. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial para la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), lo clasificó como “probablemente carcinógeno para los humanos y que puede provocar alteraciones endocrinas”.
“Se trata de un herbicida total que acaba contaminando nuestros ríos y aguas subterráneas y que debería estar prohibido desde hace mucho tiempo”. Está incluido en la “lista de plaguicidas altamente peligrosos”, dado que puede persistir en algunos suelos tras tres años y hay evidencia de bioacumulación.
Desde Jaedilla señalan que en vez de erradicar las hierbas que allí crecen mediante trabajos manuales con personal propio o contratado para estas tareas, el Ayuntamiento “va a lo simple, rápido y barato, tratar con veneno para arrasar con la flora y fauna que crece en ese espacio, algunas de ellas altamente beneficiosas para nuestro medio ambiente”.
“Desconocemos si los productos empleados son perjudiciales para la salud de las personas y el medio ambiente, así como las medidas de seguridad tomadas, ya que la zona carece de carteles avisando de los trabajos de fumigación. Por ello, instamos al Área de Parques y Jardines a que se deje progresivamente de fumigar con productos tóxicos y cancerígenos no solo esta zona, sino también las calles, plazas y espacios libres en el casco urbano”.
Como opción más viable, técnica y ambientalmente, los ecologistas recomiendan el desbroce y poda mecánica de la hierba y los arbustos que se desarrollan en las zonas ajardinadas y en los espacios libres. Tratar manualmente estas “malas hierbas” tiene claros resultados positivos, además de aumentar la necesidad de mano de obra, lo cual constituye un elemento a tener muy en cuenta en la generación de empleo.
“Tenemos la esperanza de que esta sea la última vez que se emplean potentes venenos para eliminar todo rastro de vida, tanto en la parcela donde se localizan los árboles y arbustos reforestados como en otras zonas ajardinadas y espacios públicos de nuestra localidad”, concluye la nota.